“El único camino que puede abrirnos todas las puertas de la superación y que podría ser la herramienta que nos rescate de aquel gran hoyo de la mediocridad y de la ignorancia en el cual aún nos encontramos, definitivamente es la educación”, fue con esa breve frase como Josué flores, joven director del taller de reforzamiento educativo “Manitos Unidas” inició la entrevista.
Para usted amigo lector, esta frase puede que goce de su mayor aceptación como una gran verdad dentro de nuestra realidad peruana; y creemos en realidad que usted está muy consciente de que la única alternativa de desarrollo es el estudio. Sin embargo, entendemos también que cada vez que la oye, le suena repetitiva y hasta cansada, ya que en cada campaña electoral los aspirantes al poder son los principales encargados de mencionárselo una y otra y hasta, vaya usted a saber, cuantas veces más.
El taller “Manitos Unidas” como lo explica Josué, estudiante del décimo ciclo de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho y gestor de esta organización sin fines de lucro, se inició como un mini proyecto hace ya cerca de tres años: “Han pasado ya tres años desde aquella primera vez que decidí ambientar una parte de mi vivienda para empezar a recibir a algunos niños de mi misma calle. En un principio lo vi solo como una forma de hacer mis prácticas pre profesionales. Sin embargo, poco a poco me fui dando cuenta que podíamos convertirnos en toda una iniciativa para poder cambiar la educación en nuestro sector, ello por supuesto se afianzó más con el apoyo de algunas compañías foráneas y autoridades locales que nos estimularon a ir creciendo”, recordó.
Pero Josué no está solo, con el pasar del tiempo y conforme fueron ampliando el local que los alberga, se unieron a este gran ideal Maribel Figueroa y Alexander Valdez, ambos compañeros de la misma Facultad de Educación, quienes un día llegaron a apoyarlo y desde aquella ocasión no han faltado a ese compromiso. Maribel está encargada de lo que se conoce como estimulación temprana en menores de uno a tres años de edad mientras que Alex imparte las clases de reforzamiento a los niños que ya asisten a la escuela.
A través de su empeño y su trabajo desinteresado, este novel grupo humano de futuros profesionales que ven la carrera que cursan como una forma de apoyar a su comunidad y a su distrito, han logrado ganarse la confianza de los padres de familia de todo el sector de Medio Mundo y es por ello que el número de pequeños ha aumentado considerablemente, actualmente son un promedio de 45 niños que en épocas de verano o en cada temporada de vacaciones son enviados por sus padres o apoderados: “Para nosotros no solo son importantes los números y las letras, sino la enseñanza de valores, donde aprendan a respetar a sus compañeros y a valorar lo poco que ya poseen, donde puedan ser ellos mismos y no tengan las restricciones que muchas veces existen en los colegios o en sus hogares. Es decir, nuestro objetivo es que aprendan jugando”, manifestó Maribel.
Y efectivamente, el aprender jugando no es solo un manifiesto o un simple cliché utilizado por los responsables de dicha organización para esta entrevista, ya que la alegría del espíritu infantil que se percibe es rápidamente contagiante: “Aquí los niños reciben clases de danzas costumbristas y de música moderna de parte de profesionales que desde la capital vienen a aportar con nosotros. Así también aprenden a hacer trabajos manuales con diferentes materiales como papel, sorbetes, botellas de plásticos, y junco de la zona, ya que Medio Mundo se caracteriza por poseer grandes áreas de juncales que se encuentran justamente en los alrededores de la conocida albufera”, explicó Alex Valdez.
Camila y Estéfano son dos niños que hasta antes de irse a vivir a otros lugares, (Camila a Lima y Estéfano a España) formaron parte de este grupo humano desde sus inicios. Ello ha conllevado a que cada vez que ambos regresan al lugar que los vio nacer, rápidamente visiten el taller y se convierten en un gran aporte para los docentes encargados.
Para usted amigo lector, esta frase puede que goce de su mayor aceptación como una gran verdad dentro de nuestra realidad peruana; y creemos en realidad que usted está muy consciente de que la única alternativa de desarrollo es el estudio. Sin embargo, entendemos también que cada vez que la oye, le suena repetitiva y hasta cansada, ya que en cada campaña electoral los aspirantes al poder son los principales encargados de mencionárselo una y otra y hasta, vaya usted a saber, cuantas veces más.
El taller “Manitos Unidas” como lo explica Josué, estudiante del décimo ciclo de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional José Faustino Sánchez Carrión de Huacho y gestor de esta organización sin fines de lucro, se inició como un mini proyecto hace ya cerca de tres años: “Han pasado ya tres años desde aquella primera vez que decidí ambientar una parte de mi vivienda para empezar a recibir a algunos niños de mi misma calle. En un principio lo vi solo como una forma de hacer mis prácticas pre profesionales. Sin embargo, poco a poco me fui dando cuenta que podíamos convertirnos en toda una iniciativa para poder cambiar la educación en nuestro sector, ello por supuesto se afianzó más con el apoyo de algunas compañías foráneas y autoridades locales que nos estimularon a ir creciendo”, recordó.
Pero Josué no está solo, con el pasar del tiempo y conforme fueron ampliando el local que los alberga, se unieron a este gran ideal Maribel Figueroa y Alexander Valdez, ambos compañeros de la misma Facultad de Educación, quienes un día llegaron a apoyarlo y desde aquella ocasión no han faltado a ese compromiso. Maribel está encargada de lo que se conoce como estimulación temprana en menores de uno a tres años de edad mientras que Alex imparte las clases de reforzamiento a los niños que ya asisten a la escuela.
A través de su empeño y su trabajo desinteresado, este novel grupo humano de futuros profesionales que ven la carrera que cursan como una forma de apoyar a su comunidad y a su distrito, han logrado ganarse la confianza de los padres de familia de todo el sector de Medio Mundo y es por ello que el número de pequeños ha aumentado considerablemente, actualmente son un promedio de 45 niños que en épocas de verano o en cada temporada de vacaciones son enviados por sus padres o apoderados: “Para nosotros no solo son importantes los números y las letras, sino la enseñanza de valores, donde aprendan a respetar a sus compañeros y a valorar lo poco que ya poseen, donde puedan ser ellos mismos y no tengan las restricciones que muchas veces existen en los colegios o en sus hogares. Es decir, nuestro objetivo es que aprendan jugando”, manifestó Maribel.
Y efectivamente, el aprender jugando no es solo un manifiesto o un simple cliché utilizado por los responsables de dicha organización para esta entrevista, ya que la alegría del espíritu infantil que se percibe es rápidamente contagiante: “Aquí los niños reciben clases de danzas costumbristas y de música moderna de parte de profesionales que desde la capital vienen a aportar con nosotros. Así también aprenden a hacer trabajos manuales con diferentes materiales como papel, sorbetes, botellas de plásticos, y junco de la zona, ya que Medio Mundo se caracteriza por poseer grandes áreas de juncales que se encuentran justamente en los alrededores de la conocida albufera”, explicó Alex Valdez.
Camila y Estéfano son dos niños que hasta antes de irse a vivir a otros lugares, (Camila a Lima y Estéfano a España) formaron parte de este grupo humano desde sus inicios. Ello ha conllevado a que cada vez que ambos regresan al lugar que los vio nacer, rápidamente visiten el taller y se convierten en un gran aporte para los docentes encargados.
“ES NECESARIO UN MAYOR APORTE”
A pesar de que “Manitos Unidas” ya ha recibido la visita y el posterior respaldo de algunas empresas extranjeras como la corporación italiana Terranova y la norteamericana Kishimi, compañía que tras ser testigos de la loable labor que allí se desarrolla, decidió otorgarle algunos equipos de cómputo para mantener un contacto más cercano con los responsables. Asimismo, no se puede desmerecer el apoyo otorgado por la municipalidad distrital de Végueta, el municipio del Centro Poblado de Medio Mundo y algunas otras personalidades que prefieren mantener un perfil bajo: “Tengo una visión para esta organización en donde nos vemos que ya contamos con un local propio y mucho más amplio, un taller más implementado y con más personal docente altamente capacitado para ofrecer un servicio de calidad a una gran cantidad de niños, ya no solo de Medio Mundo sino de todo el distrito de Végueta y alrededores”, agregó Josué flores.
Finalmente, si usted quiere brindar su respaldo a esta organización de forma voluntaria, el local está ubicado en la Av. 2 de mayo en Medio Mundo o puede comunicarse al número de teléfono 789 6796. Recuerde, los niños se lo agradecerán.
AUTOR: JHONNEL PANASPAICO
REDACTOR GENERAL – REGIÓN LIMA NOTICIAS
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