INTERVENCIÓN UNIVERSITARIA: UNA HISTORIA YA CONOCIDA

La universidad José Faustino Sánchez Carrión de Huacho vive en estas últimas semanas momentos realmente difíciles que podrían atentar su situación actual por ser considerada una de las instituciones educacionales del Estado más representativa, ya no sólo de la provincia de Huaura, sino también de toda la región Lima.

Desde hace algún tiempo, han saltado al escenario diferentes denuncias como malversación de fondos, concesiones con temporalidades escandalosas, concursos de docentes ilegales, extensión de títulos y grados sin el rigor académico, todas ellas relacionadas a una pérdida total del Estado de Derecho, entre otras presuntas “perlitas”, maquinadas y desarrolladas, al parecer, casi de manera directa por una familia Pro - fonavista, lo cual no sólo ha puesto en tela de juicio el apellido que ostentan sus miembros, algo que le competería aclarar y defender solo a ellos, sino que ha permitido que se incluya también a todas aquellas autoridades que trabajan de manera transparente día a día, haciendo que todos los denodados esfuerzos por tratar de “vender” una imagen positiva de dicha institución, simplemente fracasen en su intento.

A pesar de todos estos vientos en contra y de ser, desafortunadamente, la heredera de una gestión bastante cuestionada, encabezada por el infame Carlos Chuquilín Terán. A pesar de todo ello, no podemos dejar de resaltar la entereza que ha tenido y tiene la actual rectora Dra. Elsa Oscuvilca Tapia, quien se presentó ante la Comisión de Educación que preside la congresista Cenaida Uribe, para explicar los aspectos académicos y administrativos de la institución que preside, así como para responder sobre las diversas denuncias formuladas por supuestos actos de corrupción.

Creemos también que algunos de los miembros pertenecientes a los grupos denunciantes, quienes en un principio, según han manifestado, lo hacían desde las sombras por temor a las represalias, ya que muchos de ellos son funcionarios, docentes y también alumnos de esta misma Casa de Estudios. Hoy, al menos algunos de ellos, lo hacen mostrando sus rostros y asumiendo sus posturas. Y decimos algunos de ellos porque aún están aquellos que nunca se identifican al hacer una denuncia (sino recordemos ese boletín de denuncias llamado Canta Claro); aquellos que han emprendido toda esta lucha con el único y principal objetivo de querer obtener beneficios particulares o cargos de poder dentro de una probable nueva gestión.

Con ello, no queremos colocar a todos dentro del mismo saco del oportunismo en el que muchos podrían estar envueltos, porque es también muy cierto que existen personalidades como los estudiantes, quienes realmente están luchando, no por algún “bendito” cargo dentro del organismo administrativo universitario, sino por cambios y mejoras que la universidad realmente se merece.

Cercano y a la vez doloroso es aún el recuerdo de la última comisión interventora a inicios de esta década, presidida por Luis Iberico, quien conjuntamente con toda su camarilla arrasó como un huracán devastador e hizo y deshizo todas las arcas y los pocos bienes universitariosDicha intervención creada con el afán de reprimir y silenciar toda crítica contraria al régimen de turno, solo significó mediocridad, persecución de estudiantes y la ausencia de autonomía. Pese a las denuncias de irregularidades administrativas, académicas y económicas, las llamadas Comisiones reorganizadoras que reemplazaban a los Órganos de Gobierno, no solo en Huacho sino también en diversas universidades públicas, gozaron de impunidad por años.

Finalmente, para los próximos días ya se tiene previsto desarrollar una sesión plenaria en donde se discutirá y posteriormente, se decidirá los destinos de nuestra institución universitaria, es decir, si la intervención procede o no. Esperemos que nuestros “Padres de la patria” puedan optar por un camino que no vulnere los canales democráticos y el Estado de Derecho.
AUTOR: JHONNEL PANASPAICO
REDACTOR GENERAL - REGIÓN LIMA NOTICIAS